Es algo más que un restaurante… tiene alma entre sus paredes. Quizás sea que en el fondo ha heredado del antiguo Dassa Basa de Dario Barrio ese punto en boca y Lourdes lo borda
El número 7 de la calle Villalar, un local asentado sobre unas antiguas carboneras de 1902, acoge un nuevo concepto de restaurante-vinoteca que apuesta por los vinos y el producto autóctono de Madrid.
Entre sus más de 200 referencias vinícolas, que pueden disfrutarse in situ o adquirirse para llevar, resalta su colección de 40 vinos madrileños, una de las mayores selecciones de vinos de la capital.
Un local que conserva las bóvedas de ladrillo visto de unas carboneras del siglo XIX (el antiguo Dassa Bassa) es el escenario de un nuevo proyecto de restauración que alberga una imponente tienda de vinos, con más de 200 referencias nacionales e internacionales, y un elegante comedor sustentado en el producto de estación, en elaboraciones 100% caseras y en el servicio de alta escuela. Detrás de él hay un gran equipo humano capitaneado por Lourdes Poveda y su marido Carlos Romero, dos amantes de la gastronomía y la enología que han cuidado hasta el más mínimo detalle de este espacio tan singular. Lourdes estudió ADE y durante 20 años ha trabajado en multinacionales, pero su pasión siempre fue la cocina y por eso hace tres años decidió formarse profesionalmente en Le Cordon Bleu de Madrid, especializándose en cocina francesa. Después de su paso por la prestigiosa escuela tuvo la oportunidad de curtirse en Alabaster y Horcher, en este último tanto a los fogones como en su exigente sala. Carlos por su parte es consultor pero se sacó el título de sumiller por pura afición: “siempre he querido tener mi propia colección de vinos, y con las Carboneras de Lu hemos logrado complementar perfectamente una amplia oferta de vinos tradicionales de España junto a una cuidada selección de vinos jóvenes de extraordinaria calidad”. Y es que, por encima de todo, Las Carboneras de Lu es una apuesta personal en la que el cariño y la dedicación de sus artífices se hace patente en cada plato, cada copa y cada rincón.
Una de las mayores colecciones de vinos de Madrid
Decorado por el estudio de interiorismo Project Work con multitud de alusiones al mundo del vino, Las Carboneras de Lu se distribuye en dos espacios diferenciados. En la planta calle se encuentra la vinoteca, donde están expuestas más de 200 referencias escogidas personalmente por Lourdes y Carlos. En la selección de vinos se ha buscado huir de lo habitual apostando por producciones limitadas, etiquetas muy exclusivas y vinos poco conocidos de distintas denominaciones de origen españolas y alguna internacional, como Borgoña y Champagne. Pero sobre todo se ha pretendido poner de relieve la excelencia y singularidad de los vinos de la D.O. Madrid a través de una colección de 40 referencias tanto de bodegas icónicas como emergentes (Licinia, Vinos Sanz, Comando G, El Regajal, Jeromín, Figueroa, etc.), así como de las regiones que más han influido en la viticultura madrileña como la D.O. La Mancha o los Vinos de la Tierra de Castilla y León. La tienda de vinos, con precios ligeramente por debajo del mercado, se completa con una gran mesa de cata, construida sobre un antiguo carro de especias tailandés y decorada con botellas y cortezas de roble, donde se sirven tapas y vinos por copas en horario de entre servicios.