Florencio Sanchidrián y Jesús Flores maridan los cuatro cortes del jamón con champagne, manzanilla, palo cortado y crianza
Champagne, manzanilla, palo cortado y crianza, maridaje perfecto para los cuatro cortes del jamón ibérico. Florencio Sanchidrián y Jesús Flores eligen Grande Réserve Brut de Baron-Fuenté para la babilla, San León de Bodegas Argüeso para la caña, Solera Cayetano del Pino para la punta y tinto Lalama de Bodega Dominio de Bibei para la maza. El mejor cortador de jamón del mundo y el reputado enólogo interpretaron los cuatro maridajes en el restaurante madrileño La Clave (Velázquez, 22). Pueden degustarse de lunes a domingo.
Del Marne a Sanlúcar
“Aunque el sabor del jamón es un lenguaje universal, sus cuatro partes significativas presentan una variable con diferente textura”, explica Jesús Flores. Elegidos con la catadora María Giménez, estos maridajes arraigan la dehesa española a los viñedos franceses de las orillas del Marne y a la Ribeira Sacra gallega, así como a las soleras de Sanlúcar de Barrameda.
Florencio Sanchidrián empleó cuatro cuchillos con un jamón de bellota ecológico de la Sierra Norte de Sevilla, añada 2014. “La pieza nunca debe cortarse ni degustarse a menos de 24 grados”, afirma el abulense. “Con el cuchillo más grande rompemos y desnudamos”. La limpieza le desprendió de la corteza y las capas exteriores de tocino. A continuación, cortó cada parte en una danza equilibrada. “Las lonchas reflejan la magia interna de la tierra, convierten en estética nuestra cultura gastronómica”, subraya el que eleva la técnica a la categoría de arte.
Para alargar la conservación de la pieza, el corte comenzó por la babilla, entre el hueso fémur y el coxal. Este área más seca y menos infiltrada marida con la “justa frescura, acidez y tono frutal” del Grande Réserve Brut de Baron-Fuenté, de burbujas muy finas. Se elabora con las uvas Chardonnay (60%), Pinot Noir (30%) y Pinot Meunier (10%) de la bodega franco-española en Charly-sur-Marne. Acaba de ganar la Medalla de Plata en Effervescents du Monde 2017.
El jarrete y la caña se localizan entre la tibia y el peroné. Más dura y fibrosa, su carne presenta sabor y textura vigorosos. Jesús Flores propone un audaz contraste entre la fuerza terrenal de sus taquitos y los aromas y retrogusto salinos de la manzanilla San León de Bodegas Argüeso, maridaje tan perfecto como habitual del langostino de Sanlúcar.